miércoles, 19 de enero de 2011

".. el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre,
habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún."
(
Hebreos 6: 10)
Dios no envió a Su Hijo a morir por cosas inanimadas como oro, cemento o madera. Jesús murió por seres humanos. Dios envió a Su Hijo a morir por individuos como usted y como yo. Por tanto, cada ser humano tiene un valor incalculable para el Señor. Somos lo más importante en el mundo según Dios. ¿Valoramos a cada persona como Dios la valora? 
De esto es que se trata el ministerio de los ujieres: de valorar a cada persona como Dios la valora y de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que cada persona perciba cuan importante y preciosa es para el Señor. En cierta forma, un ujier es un embajador del Señor. 
Uno de nuestros objetivos es que al entrar a nuestro recinto de reuniones, nuestros hermanos y amigos puedan percibir que deseamos sinceramente servirles. Es nuestro deseo que la membresía y los visitantes sientan el calor y el amor de Cristo reinando entre nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario