viernes, 16 de julio de 2010

ESTAS SON LAS BASES DE NUESTRA FE:

- Creemos en Dios uno y Trino, es decir, un solo Dios en tres personas divinas y eternas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- Creemos en Dios Padre, Creador de los cielos y la tierra.
- Creemos en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de María la virgen.
- Creemos que fue crucificado, murió en la cruz por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó al tercer día, ascendió a los cielos, y se sentó a la diestra del Padre celestial.
- Creemos que vendrá por segunda vez, en forma visible, a juzgar a los vivos y a los muertos.
- Creemos en el Espíritu Santo, Dios santificador, que sella al creyente, lo une a la familia de la fe, mora en él, le da dones y lo guía.
- Creemos en el bautismo del Espíritu Santo, después del nuevo nacimiento
- Creemos en la Biblia, como la Palabra de Dios inspirada y preservada por el Espíritu Santo, única fuente de doctrina y autoridad.
- Creemos que Jesucristo cargó el castigo, de todos nuestros pecados en la cruz del Calvario, en nuestro lugar, y que su sacrificio fue perfecto y completo.
- Creemos que para su salvación eterna, el hombre debe arrepentirse de sus pecados y confiar en Jesucristo como único Señor y Salvador.
- Creemos que Dios justifica al hombre, sólo por los méritos de Jesucristo, sólo por su gracia.
- Creemos que somos declarados justos, sólo por la fe en Cristo, sin ningún mérito de nuestra parte.
- Creemos que la sangre de Jesucristo, nos limpia de todo pecado, y que si confesamos nuestros pecados a Dios, El nos perdona.
- Creemos que las buenas obras, del cristiano son el resultado de la verdadera fe, y que todos los cristianos deben ser activos en buenas obras.
- Creemos en el sacerdocio universal, de todos los creyentes: Somos piedras vivas, casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
- Creemos en la Iglesia, cuya cabeza es Cristo, formada por todos los que sinceramente creen en Jesucristo como único y suficiente Señor y Salvador.